El drama en el trabajo es como la humedad: si no lo frenás a tiempo, se mete por todos lados.
Muchos líderes creen que los conflictos internos se resuelven solos. Que si nadie dice nada, la tensión se disuelve por arte de magia.
No funciona así.
La verdad es la siguiente: Los conflictos no gestionados se acumulan.
Primero, es un comentario pasivo-agresivo en una reunión, después miradas incómodas en el almuerzo… y cuando te das cuenta, el ambiente se volvió más tenso que un grupo de WhatsApp con el jefe incluido.
¿Cómo podés hacer hoy para mejorar la comunicación y evitar conflictos innecesarios?
• Dejá el “yo te entiendo” y preguntá en serio: a veces las personas sólo necesitamos ser escuchadas sin recibir una respuesta automática de manual de liderazgo
• Aclará expectativas desde el principio: muchos roces se evitan con comunicación clara sobre roles y responsabilidades
• Hacé que el feedback sea parte de la cultura: si sólo se habla cuando hay problemas, la tensión se acumula
• Cortá los rumores de raíz: la mala comunicación alimenta chismes y desgaste en el equipo
Y, mi favorito:
• Evitá los escalamientos unilaterales y fomentá espacios de diálogo reales con todos: si las personas sienten que pueden hablar sin miedo, los conflictos se resuelven antes de escalar
Lo malo no es que existan diferencias, si no que nadie sepa manejarlas.
Las mejores empresas son las que convierten las discusiones en oportunidades de mejora.
💬¿Cuál es la mejor forma en la que viste resolver un conflicto en el trabajo?
