¿Alguna vez sentiste que, como líder, se espera que tengas todas las respuestas?
Que si dudás estás mostrando inseguridad.
Que si preguntás estás mostrando debilidad.
Que si no sabes algo, ¿qué haces ocupando ese puesto?
Muchos creen que un buen líder es el que siempre tiene la respuesta correcta. Que su trabajo es “ser el experto en todo”.
Pero en realidad, los mejores líderes no saben todo, si no que saben rodearse de quienes sí saben. No gastan energía en fingir conocimiento. Escuchan, preguntan y toman decisiones con la información correcta.
Tratar de ser “el experto en todo” solo lleva a tres cosas:
1️⃣ Atrasar decisiones importantes porque sentís que tenés que entender todo antes de actuar
2️⃣ Agotar tu energía tratando de manejar cada detalle en vez de confiar en tu equipo
3️⃣ Frenar el crecimiento de los demás porque creen que sólo vos tenés la respuesta correcta
Un líder no está para saberlo todo. Está para hacer las preguntas que realmente importan.
Así que la próxima vez que sientas la presión de tener todas las respuestas, recordá: preguntar no te hace menos líder, ¡te vuelve uno mejor!
