Muchos jefes creen que sus empleados deben trabajar bien “porque para eso les pagan”. Pero sorpresa: no somos robots (aunque algunos necesitemos más café que otros).
Si las personas están quemadas, desconectadas o infelices, la productividad se desploma y empiezan a buscar otro trabajo… o peor, se quedan pero haciendo lo mínimo.
En realidad, un equipo motivado y bien cuidado rinde más, tiene mejores ideas y hasta se enferma menos. No es magia, es sentido común: cuando uno se siente valorado, da lo mejor de sí mismo.
¿Cómo evitar que tu equipo te odie en silencio?
• Dales un respiro: Un poco de flexibilidad evita que se sientan en una cárcel de 9 a 6
• Aplaudí lo bueno (sin que tengan que salvar al mundo): No esperes un milagro para reconocer el esfuerzo
• Escuchá sin cara de “esto me da lo mismo”: Si alguien se toma el tiempo de decirte algo, es porque le importa
• No mates la moral con reuniones eternas: Un email de tres líneas a veces es suficiente
• Si decís que cuidás a tu equipo, demostralo: Café gratis no reemplaza un buen ambiente laboral
Cuidar a tu equipo no es un gasto, es la MEJOR INVERSIÓN.
Porque si ellos están bien, tu empresa también lo va a estar.
