“¿Cómo hacés para manejar la motivación de un equipo?”, me preguntó un gerente en una sesión de coaching. Ya había probado con incentivos y charlas que no parecían funcionar…

Le pregunté cuál era su propio nivel de motivación en ese momento y qué aspectos influían en su estado de ánimo. También indagamos en las formas en las cuales gestionaba sus propias emociones, sus pensamientos, algunos de sus hábitos como el descanso, el grado de actividad física regular que mantenía, su conexión con hobbies y elecciones personales.

Con una simple guía de preguntas pudo descubrir su propia “fórmula de motivación” en la vida y en el trabajo, y que la misma no llega desde afuera, sino desde adentro.

Los equipos pierden motivación cuando no entienden su impacto en la empresa, cuando el reconocimiento disminuye o cuando las expectativas no están claras. Algunos de los resultados suelen ser: bajo rendimiento, ausentismo y alta rotación.

▶️ La motivación externa (premios, bonos o reconocimientos) funciona con un impacto temporal corto. Cuando el estímulo desaparece también lo hace la motivación.

▶️ La motivación interna, por su parte, surge cuando las personas sienten que lo que hacen tiene un valor real. Se alimenta de logros personales, aprendizaje, autonomía y la satisfacción de contribuir a algo mayor.

Con el gerente trabajamos juntos en tres claves iniciales:

✅ Reconocer y expresar el valor de los logros
✅ Recordar el propósito compartidos que da sentido al trabajo
✅ Fomentar la autonomía para que cada aporte cuente

La motivación es como un músculo ¡hay que entrenarla! ¿Qué motiva a tu equipo?¿Cómo podés fomentar la motivación interna para ayudar a que los colaboradores estén comprometidos de manera sostenible y proactiva?

📩 Trabajemos juntos para motivar desde el propósito.